
De manera incomprensible la carrera de un magnífico artista como Bruce Broughton ha sufrido en los últimos años un importante decaimiento. Muestra de ello son sus scores para producciones de segundo orden como las televisivas Jeremiah, The locket o Warm Springs, o las cinematográficas Last flight out y Bambi II. Sin embargo, desde el fracaso comercial de Lost in space en 1998 Broughton ha visto cómo desde Hollywood su prestigio ha caído en el olvido. Un ejemplo más de la ceguera de unos productores más atentos a las creaciones atropelladas que a los músicos con talento y capacidad camaleónica a prueba de toda duda.
En 1987 escribió el score de un largometraje que, con la perspectiva del tiempo, resulta un filme de corte familiar en exceso pueril: Harry and the Hendersons (Bigfoot y los Henderson). Broughton parte de un Main title que simula una obertura clásica de Mozart para desarrollar con posterioridad otros temas más cercanos a su visión de la música de cine, en la que priman las tonalidades que juegan con lo dramático y lo festivo. Cortes como Harry in the house o Goodbyes acentúan un estilo sinfónico cercano a la tradición académica cuyo perspicaz sentido de lo episódico no elude la firmeza de la temática principal.
Orquestadores: Chris Boardman (no acreditado) y Mark McKenzie.
0 comentarios:
Publicar un comentario