Sexto día de paseo memorístico, aunque en este caso una banda sonora que fue brillantemente editada por Intrada hace dos años en un CD que incluía todo el score de Miklós Rózsa para Spellbound (Recuerda).
Tras Vertigo es la segunda partitura perteneciente a una película de Alfred Hitchcock, director que siempre acompañó de extraordinarias músicas a sus películas norteamericanas. Para esta historia de amor desmedido, Rózsa incidió en su estilo melodramático, de acordes inconfundibles, finamente aderezado con las pinceladas de un tema de amor de elegantes sonoridades.
Durante el desarrollo del score el músico húngaro recurre a un instrumento poco utilizado en Hollywood: el theremín. Gracias a su placidez hipnótica la obra resulta en más de un momento desasosegante y perturbadora, aunque la afortunada reiteración de los momentos románticos dulcifican esa pasión de Rózsa por las tonalidades oscuras en sus bandas sonoras.
Spellbound, como pocos casos en la historia de la música de cine, tiene la sorprendente capacidad de sobrevivir a la propia película a la que se subordina, pasando a ser hoy en día una pieza que se interpreta como obra clásica en los auditorios de todo el mundo (Spellbound Concerto es la adaptación en forma de suite de 20 minutos que el compositor realizó años después).
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Orquestador: Eugene Zador.
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