1955 fue un año muy prolífico para Bernard Herrmann: Prince of players, The kentuckian y The trouble with Harry. Y digo prolífico porque habitualmente el compositor neoyorquino no solía componer más que una o dos bandas sonoras por año. Pero lo que resulta significativo del mismo es que The trouble with Harry (Pero...¿quién mató a Harry?) supuso el inicio de la colaboración con el realizador británico Alfred Hitchcock, amistad artística y personal que llegaría a mal puerto en 1966 con el score rechazado para Turn curtain. Once años de grandes obras musicales y cinematográficas, tales como Vertigo, Psycho o Marnie.
En el caso de The trouble with Harry se trata de una rareza en la carrera de ambos, pues no es fácil encontrar en sus filmografías obras de carácter tan abiertamente desenfadado. Herrmann juega muy a su manera con la paradoja musical, combinando la temática típica del thriller con la refinadamente melancólica, en un cóctel que demuestra su innegable capacidad a la hora de evocar el peculiar universo de Alfred Hitchcock.
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