
En el caso de Jeepers Creepers (y, por extensión, de su secuela), Salvay compuso un score muy consciente del material cinematográfico que tenía entre manos, pues en su práctica totalidad firma una música oscura, siniestra y plena de recovecos perturbadores. Pero lo más destacable de la banda sonora no es su talento a la hora de retratar el terror sino su capacidad de sortear lo más fácil, es decir, la acumulación de tópicos del género (sonidos sintetizados, percusión atronadora,....).
Partiendo de las enormes posibilidades de los instrumentos orquestales, Bennett Salvay se recrea en la experimentación, dotando con ello al filme de un aire aún más pavoroso.
Orquestadores: Bennett Salvay, Randy Kerber y Lolita Ritmanis.
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