
Antes que The family man podría haber elegido otras muchas del inimitable músico californiano Danny Elfman, pero hay algo en esta banda sonora que me sedujo desde la primera audición: su apasionado sentido de lo romántico. Esta característica, en apariencia redundante, resulta muy difícil encontrar en la música de cine actual. Pocos autores se decantan por el estilo cercano a lo poético; entre ellos sobresalen Philippe Rombi, Alexandre Desplat y, sobre todo, Aaron Zigman. Todos ellos saben dotar a sus composiciones de la magia necesaria como para seducirnos desde los primeros compases.
En el caso de The family man, Elfman recreó un mundo familiar desestructurado a través de un conjunto melódico en el que predominaba lo delicado, casi lo etéreo. Temas de inconfundible sabor sentimental, no exentos de pinceladas amargas. Combinación perfecta en un cóctel musical elegante y descriptivamente sugerente.
Orquestaciones: Steve Bartek.
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