
En 1948, con el estreno de The naked city de Jules Dassin, el músico estadounidense empezará a ser reconocido por esta colaboración con Miklós Rózsa, aunque aún todavía de manera irregular. El estudio seguía sin darle oportunidades de relieve, y no sería hasta su encuentro en 1951 con el magnífico director Douglas Sirk y su película The lady pays off, que Frank Skinner empezara a ser identificado con el éxito profesional. Sus posteriores trabajos juntos no serían demasiado significativos, pero en 1954 los dos artistas encontrarían su particular El Dorado con Magnificent obsession, origen de una serie de melodramas que son hoy en día considerados como los más influyentes de la década de los 50, destacando All that heaven allows, Imitation of life e Interlude (Interludio de amor).
Protagonizada por June Allyson y Rossano Brazzi, Interlude es la historia de una mujer que va a Munich en busca de aventura y romance. En la ciudad alemana conoce a un célebre director de orquesta sinfónica, entablándose a continuación la inevitable historia de amor. Skinner parte de un refinado tema central a modo de preludio de concierto para piano, que sirve para desarrollar un score de profundo y elegante romanticismo, seña en el fondo de identidad del compositor nacido en Illinois. De hecho, casi todas sus obras de aquella época se caracterizan por enfatizar el componente sentimental al que añade pequeñas dosis de sobrio dramatismo.
Como detalle indicar que en el archivo de Goear podéis escuchar la banda sonora completa en forma de Suite.
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