Día 365: "Ben-Hur" de Miklós Rózsa (1959)


En la escena cumbre de Ben-Hur, aquella en la que los dos protagonistas se preparan para iniciar la mítica carrera de cuadrigas, Messala le dice a Judah Ben-Hur "El gran día ha llegado", afirmación que puede servir de perfecta introducción a la última banda sonora de este apasionante viaje en el tiempo que ha supuesto BSO 365.
La película de William Wyler, ganadora de 11 Oscar en la ceremonia de 1960, es el ejemplo perfecto de cine histórico clásico, en el que imperaba lo recargado y majestuoso pero sin desvirtuar lo mesurado. La irregular novela de Lew Wallace fue adaptada a la gran pantalla en tres ocaciones: la citada de Wyler además de dos versiones mudas, las realizadas en 1907 y 1925. La historia de la amistad del romano Messala y el judío Judah Ben-Hur, amigos desde la infancia pero que acaban convirtiéndose en irreconciliables enemigos cuando Messala, en su regreso a Palestina como jefe militar, le pide a Judah que traicione a su pueblo y éste, obviamente, se niega, provocando con ello la venganza del despiadado Messala, es reflejada por William Wyler con su habitual pericia en la descripción de profundos y graves melodramas, pero en esta ocasión reforzando además el componente espectacular tradicional de las superproducciones del Hollywood dorado.
En cuanto a la partitura de Miklós Rózsa, plasma todo el vigor e ímpetu que ha caracterizado siempre la obra del músico húngaro. Es, en realidad, una perfecta síntesis de la misma, pues en Ben-Hur expresa su radiante entusiasmo en la descripción de situaciones, especialmente ricas en detalles en el argumento del guion escrito por Karl Tunberg.
Muchas han sido las ediciones publicadas hasta le fecha de la banda sonora, destacando dos: la realizada por el propio compositor para el sello Decca en 1977 (dirigiendo a la excepcional National Phiharmonic Orchestra londinense - imagen -), la editada en 1996 por Rhino con la práctica totalidad del score o la ya en apariencia definitiva de Film Score Monthly de cinco CD, aparecida en febrero de 2012.
Resulta muy complejo destacar algún tema en concreto de toda la partitura de Rózsa, pero tomando como emotiva referencia (fue mi primer vinilo de importación junto a Vertigo de Bernard Herrmann) la versión de la National Philharmonic, los treces cortes que conforman dicha edición son todos ellos perfectos modelos de toda la obra. Desde el grandioso Fanfare to Prelude (Main titles) hasta los profundamente trágicos Leper's search for the Christ, The burning desert, Rowing of the galley slaves y Procession to Calvary, pasando por los que confirman a Rózsa como maestro de música ceremoniosa (Arrius' party, Parade of the charioteers), pero sin olvidar aquellos que muestran su gran sensibilidad (Star of Bethlehem and Adoration of the Magi, Friendship, Return to Judea, Ring of freedom, The mother's love, Miracle and Finale), todos ellos conforman una banda sonora impecable, un monumento musical, en definitiva, inmortal y conmovedor.

Orquestadores: Eugene Zador & Miklós Rózsa (no acreditados).










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Día 364: "Legend" de Jerry Goldsmith (1985)

Entre la entrañable Explorers y la prescindible aunque entretenida King Salomon's mines, Jerry Goldsmith compuso la que es para muchos su obra cumbre: Legend. La película del irregular Ridley Scott, con el que ya había trabajado con anterioridad en 1979 en Alien (de ingrato recuerdo para el músico californiano por el incoherente montaje final del filme), no tuvo en su momento la repercusión que merecía una producción de tan innegable calidad. Para Goldsmith supuso todo un reto artístico el hecho de recrear melódicamente una historia de hadas, duendes, princesas y seres perversos. Para ello recurrió a su poderoso talento como creador de motivos sólidos y majestuosamente enfáticos, pero siempre desde una línea temática más próxima al tradicional 'toque Hollywood' que a los cánones del cine comercial en el que imperaba lo electrónico. De hecho, y debido a los resultados negativos en los pases previos al estreno norteamericano, los productores tomaron el camino más corto y, por extensión, menos profesional: eliminar la partitura ejemplar de Goldsmith por la compuesta (es un decir) por Tangerine Dream, quien escribió para la ocasión un score sin carisma y a años luz de la grandeza del firmado por el genio angelino.
Temas como las canciones My true love's eyes y Living river, junto a The armour, The ring, Re-united o muy especialmente The dress waltz, constituyen el alma de una pieza sinfónica de sublime delicadeza, síntesis del estilo de un autor sin igual en la historia del cine.

Orquestador: Alexander Courage.






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Día 363: "Jesus Christ Superstar" de Andrew Lloyd Webber & Tim Rice (1973)

Desde The likes of us, escrita, junto al letrista Tim Rice, cuando tan sólo tenía 17 años (1965), hasta la reciente Love never dies, la obra del compositor londinense Andrew Lloyd Webber se ha caracterizado por ser una de las más exitosas dentro del difícil mundo del musical teatral. Cats, Evita, The phantom of the opera, Starlight Express o Sunset Boulevard reflejan el talento de un músico dotado especialmente para las melodías de fácil retentiva.
Webber, a pesar de su carisma mediático, no ha tenido demasiada fortuna en la escritura de scores cinematográficos. Gumshoe y, en especial, Odessa conforman una filmografía paradójicamente pobre en ideas y de baja calidad artística, si se relaciona con las magistrales composiciones citadas.
Su obra de mayor repercusión fue compuesta cuando tenía 22 años: Jesus Christ Superstar (Jesucristo Superstar). Adaptada a la gran pantalla por Norman Jewison en 1973 y protagonizada por unos excelentes vocalistas como Ted Neely, Carl Anderson e Yvonne Elliman, la película, al igual que la representación teatral, constituyó en su momento un notorio éxito de crítica y público, que se postergó en las sucesivas reposiciones que tuvieron lugar en los 80 y 90. La partitura de Webber, mezcla de rock, sinfonismo y unas muy oportunas pinceladas propias de la comedia musical, resulta una pieza apasionada e intensa, sin resquicios. Muchas de sus canciones son ya, hoy en día, auténticos clásicos de la cultura popular; Heaven on their minds, Hosanna, I don't know how to love him, Gethsemane (I only want to say) o Superstar ofrecen todo un recital de elegancia y energía que se ve reforzado por el magnífico texto del letrista Tim Rice, quien acaba otorgando a Jesus Christ Superstar el aire operístico tan poco habitual en el género musical.

Orquestadores: Andrew Lloyd Webber & Angela Morley.
Adaptación y dirección de orquesta: André Previn.


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Día 362: "Poltergeist" de Jerry Goldsmith (1982)

Steven Spielberg es conocido por su labor de director y productor, y mucho menos por sus guiones. Ello es debido, quizás, a que sólo ha escrito tres para la gran pantalla: Close encounters of the third kind, Poltergeist y A.I. (Artificial Intelligence). En el caso de Poltergeist (Poltergeist: Fenómenos extraños), Spielberg cedió la claqueta a Tobe Hooper, pero problemas surgidos durante el rodaje provocaron que al final tuviera que terminar él mismo la película.
Para subrayar musicalmente la historia contrató al que siempre consideró como el segundo compositor cinematográfico más importante (después, como es obvio observando su filmografía, de John Williams): Jerry Goldsmith. El genio californiano acabó firmando una de sus innegables obras maestras, llena de momentos que mezclan con envidiable firmeza lo tonal y lo atonal.
Poltergeist es un score sin ninguna fisura. Desde su juguetón Main title hasta la célebre canción infantil de los títulos finales, pasando por temas tan contundentes sinfónicamente hablando como The tree o Rebirth, toda la banda sonora contiene ese estilo inconfundible de Goldsmith que le ha situado en el Olimpo de la historia del cine por su creatividad y, muy especialmente, por su capacidad de adaptación a todo tipo de argumentos.

Orquestador: Arthur Morton.
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Día 361: "King Kong" de John Barry (1976)

Desde Beat girl en 1959 hasta Enigma en 2001, John Barry ha compuesto más de 100 bandas sonoras. Algunas de ellas forman parte de lo mejor de la música de cine, aunque sólo sea por su gran carisma; es el caso de Born free, Out of Africa, Dances with wolves, Robin and Marian, The lion in winter, Chaplin o la mayoría de la serie de James Bond.
Su elegancia y refinamiento dominan su filmografía, y aunque su estilo repetitivo le ha provocado más de una airada crítica, no cabe duda de que todos los aficionados, en mayor o menor medida, nos hemos sentido seducidos por sus melodías satinadas.
En 1976 fue contratado por el singular productor italiano Dino de Laurentiis para componer la partitura del remake de King Kong. Tan arriesgada aventura acabó convirtiéndose en un moderado fracaso comercial, pero, sobre todo, crítico. A pesar de los defectos propios de un filme de estas características, King Kong es una película de género muy loable, en el fondo por su contenido sentido del espectáculo.
El score de Barry se adentra en lo melodramático, pese a sus inevitables incursiones románticas (Maybe my luck has changed), y refuerza el lado más heroico de la historia escrita por Lorenzo Semple Jr. Cortes como Arrival on the island, Full moon domain o Sacrifice muestran la capacidad del artista británico a la hora de describir la tragedia de unos personajes luchando por su supervivencia.
Si las otras dos versiones con música de Max Steiner y James Newton Howard hacían gala de un estilo abiertamente sinfónico, la escrita por Barry se decanta por una visión menos recargada y sí más elegante.

Orquestador: Albert Woodbury (no acreditado).




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Día 360: "The pride and the passion" de George Antheil (1957)

Autor de apenas 30 scores cinematográficos, el músico estadounidense George Antheil es toda una rara avis dentro de la Industria. La mayoría de sus bandas sonoras son muy poco conocidas no sólo entre el gran público sino también entre los propios aficionados, a excepción de Siroco, Not as a stranger y, sobre todo, The pride and the passion (Orgullo y pasión). La arriesgada y espectacular producción de Stanley Kramer, con el que Antheil ya había colaborado en su primera película (la mencionada Not as a stranger) dos años antes, es un interesante fresco histórico ambientado en la España de 1810 en plena Guerra de la Independencia.
La partitura está estructurada en dos partes: por un lado, las melodías de tonalidad española, en la que se percibe la influencia de autores clásicos como Joaquín Turina, Maurice Ravel o Manuel de Falla; y, por otro, los temas centrados en la acción del filme y que respiran el influjo de artistas coetáneos de la talla de Alex North, Dimitri Tiomkin o Miklós Rózsa. Así, The pride and the passion evoca lo mejor de todos ellos, pero con la personalidad y el carácter de un músico de intenso academicismo que vio truncada súbitamente su carrera dos años después del estreno del filme de Kramer.

Orquestador y director: Ernest Gold.


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Día 359: "Sommersby" de Danny Elfman (1993)

Desde Forbidden zone en 1982, Danny Elfman ha forjado una carrera meteórica que se ha visto aún más reforzada por sus internacionalmente conocidas melodías para The Simpsons y Batman (serie animada y película en este último caso). Pero su obra va mucho más allá que una serie de temas; partituras como Darkman, Nightmare before Christmas, Instinct, Sleepy Hollow, Big fish, The corpse bride o Charlie and the Chocolate Factory muestran el talento de un autor cuya mayor virtud es su apasionada vehemencia.
Entre la épica Batman returns y la mítica Nightmare before Christmas, el compositor californiano escribió la música para el remake norteamericano de Le retour de Martin Guerre, Sommersby, un singular score que combina las tonalidades clásicas del western con aquellas deudoras del estilo melancólico de Bernard Herrmann. Pero Elfman imprime a su creación de una personalidad propia, resultando en definitiva una banda sonora profundamente sosegada, sensible, y que conmueve gracias a un moderado sentido de lo contenido.

Orquestadores: Steve Bartek, Philip Giffin & Thomas Pasatieri.
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Día 358: "The quiet man" de Victor Young (1952)

Desde 1932 (The Sign of the Cross) hasta 1957 (Omar Khayyam), Victor Young compuso más de 200 bandas sonoras cinematográficas, recibiendo en su dilatada carrera en Hollywood 21 nominaciones al Oscar y una única estatuilla, concedida a título póstumo en 1957 por Around the world in 80 days. Scores como Scaramouche, Samson and Delilah, For whom the bell tolls, Written on the wind, Johnny Guitar, Yuma o The left hand of God son fiel reflejo de un artista con mayúsculas y modelo a seguir para las generaciones actuales, un tanto perdidas creativamente hablando.
Entre la citada Scaramouche y The story of Will Rogers, el músico nacido en Chicago compuso una de sus obras más representativas: The quiet man (El hombre tranquilo). El filme del gran John Ford, uno de los clásicos imperecederos del séptimo arte, permanece como una obra lúcida y llena de encanto, que con el paso del tiempo parece no querer envejecer. Algo similar sucede con la partitura de Young, cuyo carácter bucólico se ve reforzado por el empleo de melodías tradicionales irlandesas. Pero The quiet man no es una mera adaptación de temas populares, sino más bien un emocionado homenaje a una tierra y a unas gentes cuya placidez y honestidad fortalecen el espíritu de la creación del inolvidable y añorado Victor Young.

Orquestadores: Léo Arnaud, R. Dale Butts, Sidney Cutner, Leo Shuken & Stanley Wilson (no acreditados).
Canciones: I'll take you home Kathleen (Thomas P. Westendorf) & The isle of Innisfree (Richard Farrelly).


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Día 357: "Doctor Zhivago" de Maurice Jarre (1965)

Desde 1957 con Le feu aux poudres hasta el telefilme de 2001 Uprising el compositor lyonés Maurice Jarre escribió más de 160 bandas sonoras, algunas de ellas innegables obras maestras del séptimo arte, como por ejemplo Lawrence of Arabia, Tai-Pan, Moon over Parador, A passage to India o, cómo no, Doctor Zhivago. La espectacular superproducción del cineasta británico David Lean, un magnífico fresco sobre la Revolución rusa, permanece como un clásico imperecedero que se vio en gran medida beneficiado por la música de Jarre.
Todo el score, desde sus dos temas iniciales, Overture y Main title, hasta aquellos que pese a su apariencia de incidentales son, en el fondo, un modelo de eficiencia melódica, tales como Interior student café, Tonya and Yuri arrive at Varykino o Lara reads her poem, resulta una obra de extraordinaria belleza. Además, Doctor Zhivago puede presumir de ser una de las bandas sonoras orquestales más vendidas de todos los tiempos, siendo su célebre Lara's theme (cuya ardua elaboración le supuso a Jarre más de un quebradero de cabeza) todo un referente del melodrama romántico.

Orquestadores: Maurice Jarre & Léo Arnaud (no acreditados).
Balalaika interpretada por Bob Bain.




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Día 356: "It's a wonderful life" de Dimitri Tiomkin (1946)

It's a wonderful life (¡Qué bello es vivir!) es, sin duda alguna, uno de los grandes clásicos de la historia del cine, y un auténtico icono de las fiestas navideñas. La película de Frank Capra resalta lo mejor y lo peor de la sociedad, y lo hace mediante una fábula que bordea en más de un momento lo lacrimógeno y ridículo, pero sorteados con una sutileza que sólo los grandes artistas poseen.
La partitura original de Dimitri Tiomkin sufrió, sin embargo, más de un avatar a la hora del montaje final. Capra, descontento con algunos pasajes de la música, decidió, a espaldas del artista ucraniano, dejar en el tintero parte del score en beneficio de piezas clásicas y populares. Así, la banda sonora que se puede escuchar en el filme resulta un tanto deslavazada y hasta inconexa. Por fortuna, David Newman rescató en 1988 el score de Tiomkin editándolo gracias al sello Telarc.
Interpretada por la Royal Philharmonic Orchestra londinense, la partitura se muestra en todo su esplendor y manifiesta el genio de un artista especialmente dotado en las recreaciones sentimentales. It's a wonderful life hace gala de una sensibilidad inusual, pero ello no evita que en más de un momento Tiomkin imprima a su creación una coloración lóbrega que refuerza el dramatismo de la acción.

Orquestadores: Herschel Burke Gilbert, Paul Marquardt, Nathan Scott & David Tamkin.
Canciones: Buffalo Gals & Twinkle, twinkle, little star (John Hodges).
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Día 355: "The black cauldron" de Elmer Bernstein (1985)

Cerca de 250 títulos, entre 1951 y 2002, conforman la longeva y fructífera carrera cinematográfica de Elmer Bernstein. Discípulo de grandes compositores como Aaron Copland, Jerome Moross o Alex North, el músico neoyorquino siempre dotó a sus creaciones de un agudo academicismo deudor a su vez de la tradición jazzística norteamericana. Su afirmación en Hollywood le llegó en 1956 con la epopeya de Cecil B. de Mille The Ten Commandments, a la que seguirían otras bandas sonoras que hoy en día se han convertido en auténticos clásicos de los 50 y 60, tales como Anna Lucasta, The buccaneer, To kill a mockingbird, The magnificent seven o Hawaii.
En las siguientes décadas Bernstein se reafirmó como autor de enorme carisma cuyo eclecticismo le hizo ser considerado como uno de los grandes de todos los tiempos. En 1985 fue contratado para escribir el score de la producción animada Disney The black cauldron (Taron y el caldero mágico). La película de Ted Berman y Richard Rich fue en su momento un injusto fracaso comercial y crítico, quizás por situarse a contracorriente dentro del género familiar al contar una historia que no evitaba lo sombrío del cine fantástico. La partitura mezclaba las tonalidades amables típicas de la factoría Disney (reflejadas en la obra mediante las retóricas ondas martenot) con aquellas que reforzaban el componente lúgubre, dando como resultado una banda sonora valiente y decidida, y, en el fondo, de un clasicismo reconfortante.

Orquestador: Peter Bernstein.
Ondas martenot: Cynthia Millar.


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Día 354: "The prince of Egypt" de Hans Zimmer, Klaus Badelt, Harry Gregson-Williams, Rupert Gregson-Williams & Stephen Schwartz (1998)

Más de 100 títulos en tan sólo 26 años de carrera profesional muestran con claridad la singular capacidad creativa del compositor germano Hans Zimmer. Pionero, en cierta manera, en la combinación de música electrónica y orquestal, sus scores figuran no sólo entre los más reputados sino también entre los más vendidos. Paper house, Rain man, Black rain, Driving Miss Daisy, Pacific Heights, Backdraft, The lion king, Crimson tide, Muppet Treasure Island o Nine months confirman que durante sus primeros diez años compuso posiblemente sus mejores creaciones, aunque con posteriodad, pese algún que otro altibajo más o menos inevitable en un autor de su fertilidad, también firmó partituras notables como Gladiator, Pearl Harbor, Spirit, Spanglish, Tears of the sun o The prince of Egypt (El príncipe de Egipto). Esta última es una banda sonora que se apoya en la fastuosidad del mundo faraónico en oportuna combinación con el bíblico. Dicha simbiosis melódica convierte a The prince of Egypt en una obra francamente seductora y majestuosa, en especial en los vistosos momentos de la acción centrados en la descripción de situaciones llamativas y recargadamente dramáticas.
Pero Zimmer, como ha sido casi siempre característico en su filmografía, se ve acompañado en su aventura musical de otros compositores, en concreto Klaus Badelt, Harry Gregson-Williams y Rupert Gregson-Williams, quienes aportan su eficiente grano de arena artístico en las escenas secundarias, al mismo tiempo que Stephen Schwartz con sus pegadizas canciones.

Orquestadores: Bruce Fowler, Erik Lundborg, Ladd McIntosh, Yvonne S. Moriarty & Bill Conn.

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Día 353: "The Passion of the Christ" de John Debney (2004)

Si algo caracteriza a John Debney es su capacidad de adaptación a todo tipo de géneros. Terror (I know what you did last summer, The relic), ciencia-ficción (Star Trek: The next generation, Predators, Zathura), aventuras (The Cutthroat Island), familiar (Inspector Gadget), melodrama romántico (Valentine's day), comedia (Old dogs, Elf) o fantástico (Spy kids) demuestran su conciliación de estilos e historias de muy diversa procedencia, en un alarde creativo poco común.
Su banda sonora de mayor repercusión es The Passion of the Christ (La Pasión de Cristo). La película de Mel Gibson es un emotivo y elegíaco relato cinematográfico de los últimos días en la vida de Jesús, narrados desde una pasión ciertamente conmovedora. Debney, consciente de que se encontraba ante un material que le brindaba múltiples posibilidades, se decantó por una partitura arriesgada y sólo en determinadas ocasiones predecible en lo melódico.
The Passion of the Christ es una obra además en la que sobresale una percusión que enfatiza el componente tradicional y localista, pero sin resultar opresiva. Sin embargo, el músico californiano no olvida que la historia es, en realidad, un canto a la libertad y al amor, reflejado con singular belleza en el sensible tema Mary goes to Jesus.

Orquestadores: Jeff Atmajian, Frank Bennett, Lesli Carroll, Brad Dechter, Benjamin Beladi & Mike Watts.

Música adicional: Jack Lenz.


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Día 352: "City of Ember" de Andrew Lockington (2009)

Desde 1998 con el telefilme At the end of the day hasta la serie Sanctuary, el músico canadiense Andrew Lockington se ha abierto paso con firmeza entre los innumerables e incipientes compositores cinematográficos y televisivos que invaden salas y hogares de medio mundo. Scores como Journey to the Center of the Earth o Skinwalkers nos muestran a un joven autor (36 años) de sólida formación que hace gala de un estilo abiertamente sinfónico que, pese a su carencia de innovación, se merece todos los aplausos por su ímpetu clásico.
Su banda sonora más importante hasta la fecha es City of Ember (City of Ember: En busca de la luz), ambicioso proyecto producido por Tom Hanks y basado en la primera novela de la tetralogía escrita por Jeanne Duprau, y que hace dos años constituyó un sonoro, y en cierto modo injusto, fracaso comercial. La partitura de Lockington, muy eficiente y de refrescante espectacularidad, se abre con un Main title (archivo de audio) que sirve de motivo central y que describe, con atinado sentido de lo enfático, una aventura que mezcla hábilmente lo fantástico y lo realista. Dicho letimotiv abre paso a una sucesión temática que refuerza el tono épico del conjunto y que no esconde su gratificante vehemencia.

Orquestador: Nicholas Dodd.
Música adicional: Douglas Pipes.



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Día 351: "Hook" de John Williams (1991)

Compuesta entre la navideña Home alone y la comprometida musical y políticamente JFK, Hook (Hook: El capitán Garfio) puede ser considerada como la obra definitiva de John Williams. La aventura personal (que a punto estuvo de convertirse en desventura) del cineasta Steven Spielberg resulta una película amable y simpática, pero excesiva en su casi descarada retórica, ya que su deseo de conmover 'a toda costa' acaba lastrando una cinta que debería haber sido mucho más moderada.
Williams, por su parte, se adentró en el universo mágico de J. M. Barrie a través de una composición que resalta tanto lo ilusorio como lo lúdico, pero sin dejar de lado una realidad que sirve de componente alejado de lo fantástico. Así, Hook hace gala de un vigor melódico pocas veces alcanzado en la música cinematográfica, y que demuestra que el maestro neoyorquino ha sido y sigue siendo el compositor más dotado en cuanto a la creatividad se refiere.
La banda sonora es un auténtico festival de luces y colores tonales, dando fe de este esplendor temas como Prologue, The flight to Neverland, The banket, The ultimate war o The never feast. Pero de entre todos los que conforman el score hay uno que, por su increíble belleza, preside este espectáculo cromático: You are the Pan, el más emotivo e inspirado de toda la filmografía de John Williams, pese a su semejanza con True confessions de Georges Delerue.
Nota: gracias a Jota por la aclaración.

Orquestadores: Angela Morley (no acreditada), Alexander Courage & John Neufeld.
Texto de las canciones: Leslie Bricusse.









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Día 350: "Predator" & "Predator 2" de Alan Silvestri (1987-90)


Desde The doberman gang en 1972 hasta la reciente The A-Team, Alan Silvestri ha compuesto más de 100 bandas sonoras para el cine y la televisión, en las que, a través de un estilo enérgico y pegadizo, ha demostrado ser uno de los autores más carismáticos de los últimos 30 años.
Entre las comedias Outrageous fortune y Overboard, Silvestri compuso la partitura del filme de acción de John McTiernan Predator (Depredador), del que también escribiría su prescindible secuela tres años después, Predator 2. Partiendo de un Main title que es ya, hoy en día, todo un referente de su carrera, el músico neoyorquino elaboró una creación cuya intensidad y dramatismo han marcado, en cierta manera, los cánones del género. Es una melodía apoyada en una poderosa instrumentación, de la que sobresale la percusión, elemento primordial de toda la banda sonora y que refuerza el carácter selvático de la trama.
Para su mencionada continuación, Predator 2 (Depredador 2), Alan Silvestri retomó la práctica totalidad de los temas de la película original, pero dotándolos en esta ocasión de más brillo y solidez orquestal. Es una banda sonora de producción más cuidada en la que, pese a las importantes carencias del filme, el score parece querer relucir un producto alejado de toda originalidad.

Orquestador: James B. Campbell.




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Día 349: "The 3 worlds of Gulliver" de Bernard Herrmann (1960)

Journey to the center of the Earth, The 7th voyage of Sinbad, The 3 worlds of Gulliver, Mysterious island y Jason and the argonauts forman cinco filmes cuyo nexo de unión es la música de Bernard Herrmann. Los cuatro últimos, además, se relacionan entre sí por haber sido producidos por Charles H. Schneer, quien tiene en su haber otras películas del género fantástico como It came from beneath the sea, The valley of Gwangi, The golden voyage of Sinbad o Class of the titans.
En 1960 Herrmann compuso la partitura para The 3 worlds of Gulliver (Los viajes de Gulliver), y en ella el maestro neoyorquino dio rienda suelta a su pasión por lo clásico, dotando al filme de Jack Sher de una vitalidad y lucidez que lo acaban convirtiendo en un producto que rinde sincero homenaje a la novela de Jonathan Swift. Temas como Minuetto, The lovers, Trio refrain, Duo, Happiness o el inmortal Overture hacen gala de una delicadeza y sensibilidad realmente conmovedoras. Herrmann siempre mostró durante su carrera una especial predilección por las tonalidades apasionadas cuyo romanticismo evocaba una personalidad llena de luminosidad.
Con The 3 worlds of Gulliver el aficionado asiste a un espectáculo musical muy pocas veces sentido en la historia del cine. Es una pieza cuya sobriedad no elude lo colorista y fastuoso, formando un conjunto de envidiable belleza.

Orquestador: Bernard Herrmann.
Canciones: Gentle love & What a wonderful, wonderful, wonderful fellow is Gulliver, de George Duning (música) y Ned Washington (texto).






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Día 348: "Harry Potter and the Order of the Phoenix (VG)" de James Hannnigan (2007)

Especialista en componer la música para videojuegos (Lord of the Rings:Aragorn's quest, Brute force, FIFA Soccer manager, Harry Potter and the Half-Blood Prince, Reign of fire,...), James Hannigan es posiblemente el más destacado autor del género, debido a un estilo que mezcla con gran pericia lo majestuoso y lo ambiental. Esta simbiosis entre épica e incidentalidad hace que sus partituras multimedia huyan de lo más previsible, es decir, de tonos electrónicos que encorseten el producto final.
Si en Harry Potter and the Half-Blood Prince, su obra maestra hasta el momento, ya daba muestras de su talento en las composiciones de gran ambición orquestal, con Harry Potter and the Order of the Phoenix (Harry Potter y la Orden del Fénix) el joven músico británico deja de nuevo en evidencia al score cinematográfico de Nicholas Hooper, mucho más conservador desde el punto de vista melódico. Hannigan sorprende en cada uno de los 28 temas que conforman la banda sonora, pues no se deja seducir por la tradición actual de escribir música en forma de variaciones constantes a partir de un tema principal; más bien todo lo contrario. En Harry Potter and the Order of the Phoenix concede a cada uno de los cortes una personalidad propia, muy del estilo de John Williams (no en vano es su máximo referente), dotando en definitiva a la obra de un carácter y carisma muy poco comunes en el mundo de los videojuegos.

Música adicional: Evan Jolly & Jeremy Soule.




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Día 347: "Anne of the thousand days" de Georges Delerue (1969)


Desde 1950 con Le mystère du quai de Conti hasta 1992 con Rich in love, el músico y genio de la melodía sensitiva Georges Delerue compuso más de 300 bandas sonoras para el cine y la televisión. Sus obras, ejemplo casi perfecto de sencillez y lirismo, han traspasado todas las fronteras, siendo considerado, en su momento y hoy en día, como uno de los compositores más importantes de la historia de la música de cine.
En la década de los 60 empezó su particular relación amorosa con el cine británico y norteamericano, en oportuna y nunca abandonada conjunción con la cinematografía de su país natal, Francia. Scores como La peau douce o Le mépris, así como A man for all seasons o Our mother's house, son fiel reflejo del estilo academicista y notablemente clásico de Delerue, un auténtico devoto del Barroco.
En 1969 escribió la partitura para la superproducción histórica Anne of the thousand days (Ana de los mil días), biopic más o menos realista de la lujuriosa y violenta relación entre Enrique VIII y Ana Bolena. Para ambientar musicalmente la película de Charles Jarrott, Delerue se decantó por un score de innegables influencias renacentistas y barrocas, pero sin alejarse demasiado del componente incidental propio del género.
Además, en la edición discográfica (sólo publicada hasta la fecha en vinilo) se incluyen temas de autores como Thomas Tallis o William Byrd, que refuerzan el componente objetivo de la película, en una combinación que no desentona y que reafirma la solidez de una obra profundamente contenida.




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Día 346: "Snow falling in cedars" de James Newton Howard (1999)

Autor de más de 100 bandas sonoras desde 1985, James Newton Howard ha escrito algunas de los scores más notables de la historia del cine, destacando, entre otros, The postman, Dinosaur, Alive!, Peter Pan, Signs, The Water Horse o Wyatt Earp. En 1999 compuso la partitura del melodrama judicial del realizador ugandés Scott Hicks (Shine) Snow falling in cedars (Mientras nieva sobre los cedros), una película que revive, bajo la ambientación de un pueblo norteamericano en la década de los 50, la peculiar obsesión por todo lo relativo con lo japonés.
Aunque la historia se decanta más por lo romántico que por los claroscuros propios del thriller, Snow falling in cedars es una partitura que muestra el talento de Newton Howard en la descripción de atmósferas opresivas (cuya atonalidad resulta a todas luces inquietante) pero a la vez sensibles. Especialmente destacable es el tema final de la película en el que se muestra el emotivo desenlace, uno de los más bellos en toda la filmografía del autor californiano.

Orquestadores: Brad Dechter, Jeff Atmajian & James N. Howard.
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Día 345: "Notorious" de Roy Webb (1946)

Compositores del Hollywood dorado como Daniele Amfitheatrof, Herbert Stothart, Leigh Harline, Paul J. Smith, Louis Silvers, Hugo Friedhofer, Adolph Deutsch o Roy Webb quizás no estén a la altura de maestros como Bernard Herrmann, Max Steiner, Alex North, Alfred Newman, Miklós Rózsa o Franz Waxman; pero lo que sí es cierto es que su aportación a la música cinematográfica ha sido y sigue siendo hoy en día esencial debido a su compromiso artístico y, en especial, a su apasionada profesionalidad.
En el caso de Roy Webb, el músico neoyorquino fue al autor de más de 250 bandas sonoras, desde 1929 hasta 1958, cuando con 70 años decidió abandonar la carrera de compositor para la gran pantalla con el score de Teacher's pet, la comedia protagonizada por Clarke Gable y Doris Day. Su filmografía siempre estuvo marcada por su solidez y solvencia, aunque la mayoría de sus creaciones (muchas de ellas compuestas para los trailers de las décadas de los 30 y 40) no tuviera una repercusión especialmente significativa. De hecho, como en el caso de los autores mencionados en primer lugar con anterioridad, sus bandas sonoras solían centrarse en producciones de serie B más o menos interesantes. Sus escasas participaciones en películas de renombre (al menos en la actualidad), como I married a witch, The body snatcher, Flying leathernecks, Marty o, sobre todo, el filme de Alfred Hitchcock Notorious (Encadenados), le permitieron lucir sus galas de músico especialmente dotado en el subrayado incidental.
Para Notorious Webb compuso un tema central elegante y muy intimista, que introducía un score centrado en la descripción de una trama cuya intensidad se vio reforzada por una partitura perfectamente sincronizada. Por desgracia aún no existe edición oficial de la música; tan sólo alguna suite en ediciones recopilatorias, como la publicada por el sello Cloude Nine (imagen) en 1995.

Orquestador: Gil Grau.




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Día 344: "Camelot" de Frederick Loewe, Alan Jay Lerner & Alfred Newman (1967)

Camelot, estrenada originalmente en Broadway en 1960 y protagonizada por Richard Burton y Julie Andrews, tuvo en un primer momento una acogida más bien tibia, para pasar a recibir con posterioridad (y debido a una intervención de gran éxito en el show televisivo de Ed Sullivan) el unánime apoyo de crítica y público. En 1966 el productor de la Warner Bros. Jack L. Warner decidió que era el momento de trasladar a la gran pantalla el musical de Frederick Loewe (partitura) y Alan Jay Lerner (texto), cuyo estreno se produciría el 25 de octubre de 1967. Bajo la dirección de Joshua Logan y con un reparto al menos carismático (Richard Harris, Vanessa Redgrave y Franco Nero en los papeles principales), la película fue un relativo éxito en su momento, aunque hoy en día ha pasado a ser considerada como un clásico del género.
Camelot es la demostración definitiva del inagotable talento melódico del músico berlinés Frederick Loewe. Canciones memorables como C'est moi, Camelot, How to handle a woman? o I loved you once in silence forman parte de lo mejor del musical, y evocan con sutil sentido de lo delicado un mundo medieval en el que se funden con sugerente lirismo lo fantástico y lo realista.
Mención especial merece la adaptación del gran Alfred Newman, auténtico especialista de los arreglos de comedias musicales, quien para Camelot realizó una composición que va mucho más allá de la mera adaptación (segundo archivo de audio), demostrando que lo incidental, en ocasiones, puede superar al original.

Orquestadores: Jack Hayes, Leo Shuken, Peter King & Gus Levene.






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Día 343: "The talented Mr. Ripley" de Gabriel Yared (1999)

Cerca de cien bandas sonoras conforman la filmografía del músico libanés Gabriel Yared, la mayoría a medio camino entre Estados Unidos (Cold Mountain, Amelia) y Francia (Camille Claudel, Betty Blue). Su carácter ecléctico y alejado de convencionalismos le ha situado en un lugar preferente dentro de la Industria. Un ejemplo de esta personalidad armónica y variopinta es su partitura para la película de Anthony Minghella The talented Mr. Ripley (El talento de Mr. Ripley), basada en una novela de Patricia Highsmith.
Yared desarrolla una música que mezcla las sonoridades apacibles y serenas (centradas principalmente en los momentos previos al drama) con aquellas mucho más agobiantes y apesadumbradas (aplicadas en las partes que refuerzan la ambientación de thriller). Pero el artista nacido en Beirut también concede un especial protagonismo al jazz, elemento sino crucial sí muy significativo en el retrato del personaje central de la historia. De esta forma, The talented Mr. Ripley acaba convirtiéndose en una banda sonora cuya solidez y eficiencia la sitúan entre lo más notable de la década de los 90.

Orquestadores: John Bell y Gabriel Yared.






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Día 342: "The natural" de Randy Newman (1984)

Randy Newman es uno de los compositores más singulares del séptimo arte, aunque, en realidad, sólo ha escrito 30 bandas sonoras. La saga Toy story, Awakenings, Ragtime, Avalon, Pleasantville o Maverick muestran su talento a la hora de reforzar el poder de las imágenes, que adquieren con su música una intensidad aún más notoria.
Su cuarto score, The natural (El mejor), fue compuesto en 1984 y
puede definirse como uno de los mejores de la historia del cine.
La película de Barry Levinson es un acertado y emotivo melodrama deportivo que cuenta con un reparto de auténticas campanillas encabezado por Robert Redford y secundado por Kim Basinger, Glenn Close, Wilford Brimley, Richard Farnsworth, Joe Don Baker y Michael Madsen.
Newman plasma con su partitura un mundo de ambiciones y frustraciones, pero no desde lo trágico sino desde lo lúcido, gracias a una serie de melodías que subrayan la acción de manera ejemplar, en especial en aquellos momentos cercanos a la épica tan típica del deporte (acentuados por la majestuosidad de los instrumentos de viento, trompas en particular).

Orquestador: Jack Hayes.



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Día 341: "The dissapearance of García Lorca" de Mark McKenzie (1996)

Magnífico orquestador (Dances with wolves, Alive!, The patriot, Hulk) y mejor compositor (My family, Blizzard, Durango), Mark McKenzie puede presumir de una filmografía carismática, aunque en el fondo no haya tenido la suerte de ser recompensada con películas de repercusión internacional.
En 1996 escribió el score de la película de Marcos Zurinaga The dissapearance of García Lorca (Muerte en Granada), en la que se relata la investigación de un periodista tras la muerte del poeta español. McKenzie, como es natural, se dejó seducir por la magia de la música tradicional andaluza, que aparece como recurso descriptivo y costumbrista. Sin embargo, la partitura se decanta más bien por las melodías de marcado tono elegiaco (el tema central resulta a todas luces inspirador), resultando una obra de serena belleza en la que McKenzie plasma con refinamiento toda la pasión y entusiasmo de un poeta y dramaturgo inmortal.

Orquestadores: Patrick Russ & Mark McKenzie.
Música adicional (flamenco): Ángel Peña.


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Día 340: "Major Barbara" de William Walton (1941)


Aunque William Walton sólo ha escrito catorce bandas sonoras para el cine, puede y debe ser considerado como uno de los grandes compositores del séptimo arte. Partituras de la talla de Hamlet, Henry V o Escape me never son creaciones que seducen gracias a su apasionado academicismo; en ellas (y, por extensión, en toda su filmografía) el artista británico hace gala de un estilo que recoge lo más emblemático de la música europea, en especial de autores como Igor Stravinsky, Claude Debussy, Maurice Ravel o Jean Sibelius. Pero su originalidad radica en su muy personal y sugerente adaptación al celuloide, consiguiendo alejar de la pantalla la inevitable frialdad de las composiciones llamadas tradicionalmente 'clásicas'.
Uno de sus scores menos conocidos es Major Barbara (Mayor Barbara), perteneciente a la película dirigida entre 1940 y 1941 por Gabriel Pascal y basada en una pieza teatral de George Bernard Shaw. Por desgracia, la partitura completa aún permanece sin editar; tan sólo existe un arreglo de diez minutos realizado por Christopher Palmer y dos temas incluidos en la serie de cuatro CD sobre Walton publicada por el sello Chandos, con la dirección de Neville Marriner al frente de la magnífica Academy of St. Martin in the Fields.
Major Barbara es una pieza de singular belleza cuyo principal atractivo reside en su tema de amor, uno de los más radiantes de la historia del cine, y que define a la perfección el carisma de un autor de enorme solidez y profesionalidad.

Orquestador: Roy Douglas.
Arreglos para los títulos en la versión americana: Miklós Rózsa.
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Día 339: "The time machine" de Klaus Badelt (2002)

El músico germano Klaus Badelt es uno de los compositores cinematográficos más activos (y solicitados) en la actualidad. El principal motivo radica en su sorprendente capacidad de adaptación a todo tipo de producciones, tanto en Estados Unidos, por lo general con un marcado componente comercial, como en Europa, donde sus creaciones se inclinan por una temática más sobria.
Escribió su primer score para la gran pantalla en 1998, a la edad de 31 años, y en concreto para el filme alemán Der eisbär. Su siguiente proyecto, The pledge, le abrió de par en par las puertas de Hollywood, pero no sería hasta 2002 que la Industria le ofreciera su oportunidad con la ambiciosa producción The time machine (La máquina del tiempo), una irregular adaptación del clásico de H. G. Wells, dirigida curiosamente por uno de los descendientes del escritor, Simon Wells. Badelt, consciente de que ocasiones así no deben desperdiciarse, desarrolló un score apoyado en un magnífico tema central. Es una melodía de generosos aires clásicos que describe a la perfección el tono aventurero de la película, y que protagoniza la primera parte de la misma en casi todos los momentos en los que Badelt subraya la acción. No obstante, cuando ésta se sitúa en el futuro la banda sonora decae, sino con estrépito sí de manera poco sutil, quizás porque es en ese momento cuando el compositor alemán ve que su creación acaba en la manos de otros autores (Geoff Zanelli, James Dooley, Ramin Djawadi y Tim Jones), haciendo que al final The time machine sea una obra de comienzo esplendoroso y epílogo un tanto apagado debido a su impersonalidad.

Orquestadores: Bruce Fowler & Ladd McIntosh.
Música adicional: Geoff Zanelli, James Dooley, Ramin Djawadi & Tim Jones.
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Día 338: "Only you" de Rachel Portman (1994)

A pesar de sus 49 años, la compositora inglesa Rachel Portman ya ha escrito cerca de 80 scores entre cine y televisión. Desde Privileged en 1982, con un jovencísimo, como ella, Hugh Grant, hasta la actual Never let me go, su filmografía viene marcada por un intenso y reconfortante refinamiento estilístico. Casi todas sus bandas sonoras siguen esta línea de elegancia y delicadeza, en especial en títulos tan significativos como Chocolat, The adventures of Pinocchio, The cider house rules, Oliver Twist o Grey Gardens.
En 1993 escribió la partitura para la comedia romántica de Norman Jewison (Jesus Christ Superstar) Only you (Sólo tú), protagonizada por unos entregados, y algo sobreactuados, Robert Downey Jr. y Marisa Tomei. Sin embargo, Portman deja de lado lo pueril de la propuesta, pese a sus aislados momentos destacables, y se entrega a la escritura de una partitura abiertamente poética que no siente rubor ante lo recargadamente académico de la propuesta. Y es en ese tono retórico en el que, de una forma paradójica, acaba saliendo airosa la compositora británica, pues firma un score de gran serenidad y belleza, cuyo bucólico tema principal resulta realmente conmovedor.

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Día 337: "Superman returns" de John Ottman & John Williams (2006)

Montador de películas como Usual suspects, X-Men 2 o Valkiria, todas ellas realizadas por Bryan Singer, John Ottman es, sin embargo, mucho más conocido como compositor de las mismas, aparte de otras de la repercusión de Gothika, Astro Boy o Fantastic Four.
Su relación personal y artística con Singer comenzó en 1993 con Public access; desde entonces han colaborado en todos los filmes salvo en la primera parte de X-Men, obra de Michael Kamen.
Ottman es un autor que ha sido criticado, con mayor o menor justicia, por ser considerado un músico que carece de estilo propio. Esta afirmación, por lo menos discutible, debería en su caso hacerse extensible a la mayoría de jóvenes compositores cinematográficos actuales. Lo que hace diferente a Ottman es su acercamiento sin prejuicios a los postulados más tradicionales, situándose así en un punto intermedio entre los grandes clásicos y los músicos más previsibles.
En 2006 firmó la que es, posiblemente, su banda sonora más destacable hasta el momento: Superman returns. Tomando como evidente referencia el score de John Williams (de hecho el tema central es exactamente el mismo que el del filme de Richard Donner), John Ottman realiza una plausible adaptación de las melodías principales del maestro neoyorquino, que adquieren aún mayor consistencia y brío. Además, Superman returns, apoyándose en la labor de sus 8 orquestadores, hace gala de un virtuosismo sinfónico que realza las imágenes de la enérgica y entretenida película de Singer. Pero no deberíamos negar la originalidad creativa de Ottman, ya que con su peculiar sentido de lo espectacular nos brinda una partitura pletórica y de inapelable belleza.

Orquestadores: Rick Giovinazzo, Damon Intrabartolo, Kevin Kliesch, Frank Macchia, John Ottman, Lior Rosner, Jeffrey Schindler & John Ashton Thomas.


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Día 336: "Superman" de John Williams (1978)

Situado entre dos obras maestras como Jaws 2 y Dracula, Superman es, junto con Star wars, el score más emblemático de John Williams. La película dirigida por Richard Donner permanece como una de las adaptaciones de superhéroes más respetuosas tanto con el original como con el público. En su momento su éxito fue enorme, lo cual invitó no sólo a una continuación, de hecho en parte rodada por el propio Donner, sino a dos secuelas más, ambas muy inferiores al filme inicial.
Tras el impacto mediático que supuso Star wars, y su merecido Oscar recibido en 1978, John Williams se posicionó dentro de la Industria como el principal compositor para las grandes producciones. Su dominio de la melodía, y en especial de los temas con carisma, ha hecho de él el autor más notable del mundo de la música de cine. Si para el épico filme de George Lucas creó el inmortal Main title que todos conocemos, homenaje al clasicismo de Richard Strauss y Erich W. Korngold, para su nueva aventura de ciencia-ficción era inevitable componer un leitmotiv acorde con los cánones del género, que casi siempre se han decantado por las fanfarrias esplendorosas. Así, el tema central de Superman es fiel reflejo de ese estilo epopéyico en el que impera una orquestación ambiciosa y alejada de tonos simples. Pero Williams, como autor obsesionado por la estructura temática creativa, no se conformó con una mera sucesión de variaciones; más bien todo lo contrario. Dejó que los personajes tuvieran su propia melodía, enriqueciendo además al argumento con toda una serie de cortes que recorren, con brillantez y delicadeza, todo el espectro musical de su inconfundible estilo academicista.

Orquestadores: Angela Morley (no acreditada), Arthur Morton y Herbert W. Spencer.
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A Florencio Herce y familia. Gracias por vuestra generosidad. Y, cómo no, a todos aquellos que me habéis mostrado vuestro apoyo.

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