A pesar de la repercusión histórica del gran Alex North, en realidad en los cerca de 50 años de carrera musical dentro de Hollywood tan sólo escribió poco más de 60 scores para la gran pantalla, muy lejos de los centenares de Max Steiner o Alfred Newman.
En 1952, tras el enorme éxito que obtuvo con A streetcar named desire un año antes, North compuso su primera banda sonora caracterizada por la espectacularidad de su temática: Viva Zapata! (después llegarían otras obras de arte como Spartacus, Cleopatra o The Shoes of the Fisherman). Para el filme dirigido con pulso firme por el polémico Elia Kazan, el mismo realizador de A streetcar named desire, el músico norteamericano dejó atrás el jazz sinfónico para centrarse en la escritura de una partitura de ambientación tradicional que se apoya en una instrumentación arriesgada por su singular aparatosidad. Pero es tan sólo una ilusión, pues North, en colaboración con Maurice de Packh, juega con gran pericia con el colorido melódico de la música popular mejicana, creando una cromática sinfonía que es todo un canto a la belleza del país americano.
Orquestador: Maurice de Packh.
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