
En el caso de Airport 1975 (Aeropuerto 75), y casi por extensión de su más atinada, cinematográficamente hablando, secuela, Cacavas firma una partitura deudora en cierta manera del score de John Williams Earthquake, y apoyada en la solvencia de un magnífico tema central, que a la postre se ha convertido en uno de las más emblemáticos de la década de los 70. En él predomina el componente pop en perfecta sintonía con lo sinfónico, siguiendo lo que era moda en un momento en el que primaban en taquilla las superproducciones catastrofistas. El resto de la banda sonora camina por senderos más o menos trillados, pero sin caer nunca en la mediocridad.
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